Dos minutos, no dejan de ser 120 segundos

Este martes, asistimos a un encuentro -junto con más de una veintena de asociaciones LGTB-  con el Presidente y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la Vicepresidenta y secretaria de Igualdad socialista, Carmen Calvo. La reunión fue convocada con el fin de escuchar nuestras reivindicaciones actuales así como recoger propuestas de políticas LGTBI+.

La idea original era tener un primer turno de intervenciones (con dos minutos por cada asociación) y continuar después con un debate de libre intervención.

El tiempo es relativo.

Para algunos dos minutos son 120 segundos, para otros el infinito y más allá pero, bueno, es algo comprensible. Eran muchos los temas que había que poner sobre la mesa, muchas las cosas que están pendientes de hacer o de cambiar, muchas áreas distintas que tratar. Ante esto, dos minutos es una mota de polvo en mi mesilla. Insignificante. Pero claro, mota con mota hace un montón así que la reunión finalmente duró cuatro horas solo y exclusivamente con las intervenciones de los representantes de cada colectivo. Cuatro horas donde el Presidente y la Vicepresidenta escucharon a todos y cada uno de los que estábamos allí. Una montaña.

Se habló de todo: de personas trans, de mayores LGTB+, de las familias, de la infancia LGTB+, de la soledad, del rechazo, de gestación subrogada y adopción; de personas LGTB+ migrantes, de ciencia, tecnología, del mundo empresarial y laboral, de salud, de VIH, de la PREP, del mundo del arte y del deporte, de la necesidad de referentes, del movimiento feminista, de la visibilidad y los armarios… Se habló mucho. Mucho.

Quedó patente la demanda de un gobierno estable. Plasmada la importancia de formación en diversidad afectivo-sexual. Indiscutible el rechazo y condena  a las terapias de conversión.

Quedó patente la urgencia de una ley estatal LGTBI+ que reconozca la igualdad de derechos en todo el territorio (las Autonomías legislaron porque no había leyes estatales pero los derechos no pueden depender de dónde vivas) así como reformar la ley 3/2007 de Identidad de Género.

Desde el deporte, nos hubiese gustado poder haber ahondado más en la situación de las mujeres en general y sobre todo de las mujeres trans e intersexuales. Sus derechos dependen de la comunidad en la que se encuentren o del deporte que practiquen (ya que, a día de hoy, hay federaciones que han asumido esta responsabilidad en su normativa).

Nos hubiese gustado poder contarles nuestras vivencias y experiencias dentro y fuera del campo. Lo que hemos sido, lo que somos. Dónde empezamos y dónde estamos. Como nuestra grada es una manifestación de la diversidad social y familiar existente, lo que me gustaría poder extrapolar esa convivencia al resto de la sociedad.

Nos hubiese gustado poder profundizar en la importancia de referentes en el mundo del deporte, de la visibilidad de deportistas de alta competición que no pueden manifestar libremente su orientación, entre otras cosas, por miedo al entorno hostil que les rodea; de la condena a comentarios lgtbifóbicos o machistas que siguen produciéndose, con total impunidad, en los entornos deportivos (especialmente en el fútbol).

Nos hubiese gustado trasmitirle, de forma detallada, la necesidad de incorporar formación en diversidad a todas las personas implicadas en el mundo del deporte: responsables de las federaciones, directivos, entrenadores/as, personal… Sobre todo aquellos que trabajan con las escuelas.

Pero dos minutos, al final, no dejan de ser 120 segundos (esto para nada es una crítica, es una licencia literaria que me gusta mucho usar a mí, esto de abrir y cerrar bloques con el mismo tema, ¡me pirra!).

Estamos muy agradecidos de la oportunidad brindada, de poder haber tenido voz, de que nos hayan escuchado pero necesitamos más. Así que, invitados quedan para que vengan a vernos y conocernos.