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Más allá del campo: la experiencia de una titánide entre Bruiserkers en la Union Cup

Una historia de casualidades, rugby y conexiones que superan fronteras
12 de junio de 2025 por
Más allá del campo: la experiencia de una titánide entre Bruiserkers en la Union Cup
fdas, Madrid Titanes
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14 de abril, el grupo de Social recibe un último llamamiento por parte de Jesús, acá Josu. Quedan dos plazas libres para ir como persona jugadora o de apoyo a Oslo, quienes primero le escriban a él o a Javi, conocido también como Pirata, se las quedan adjudicadas.

Si tenemos en cuenta que, cómo quién dice, acababa de aterrizar en mi nueva plaza de funcionaria, podría parecernos una idea descabellada haber dicho que sí sin consultar a mi coordinador sobre la posibilidad de librar los días. Pero lo hice y , con ello, comenzó esta bonita aventura.

 

El día 19 de mayo, a 15 escasos días de poner rumbo a la capital noruega, recibí el mensaje que marcaría mi destino en los 4 días que duraría el evento. Un equipo llamado Bruiserkers y compuesto por personas de los equipos FLINTA+  de los Bruiser de Berlín y los Berserkers de Estocolmo, me encontró en aquel mix que parecíamos ser quienes habíamos dado nuestro nombre como Barbarians. Aún no sé cómo me encontraron, pero lo hicieron; y para alguien que cree en las casualidades del destino, aquella era una señal de que su lugar estaba ahí, entre personas de equipos pertenecientes  a ciudades aparentemente lejanas, pero unidas por la pasión que este deporte llamado rugby en cada una de ellas despertaba.

 

29 de mayo, me visto por primera vez de chulapa y bajo aquella extraña sensación de apropiación cultural que en mí aquella actividad despertaba, me voy con mis Titanes a la ceremonia de apertura de la Union Cup de este 2025. Aún no conozco a mi equipo, les he escrito desesperadamente un par de veces, mi ansiedad social empieza a pensar que aquel mensaje de solicitud de "fichaje de delantera" había sido un espejismo. Pero ahí estaba Lyss, viniendo a mi rescate, a ayudarme a ponerle cara al menos a una persona integrante del grupo y a hacerme ver que sí, que Bruiserkers era real. Como diría Joel, súper capitanx de este fabuloso equipo, cuesta creer, tras todo lo contado en el comienzo, que un grupo de 22 personas de al menos 5 países diferentes y que se pasaron un balón de rugby por vez primera a las 7:30 de la mañana del viernes 30 de mayo, conectásemos de la manera en que lo hicimos desde el minuto cero y consiguiéramos todo lo que conseguimos en los tres días de competición restantes.

 

El primer día sólo tuvimos la oportunidad de disputar un único partido, una toma de contacto que, sin duda, nos dejaría el mejor de los sabores de boca para lo que nos esperaba el sábado. Nadie venía con expectativas, jugábamos contra el equipo de Berserkers, quién nos prestó la mitad del equipo de Bruiserkers, y aunque el miedo a que aquello pareciera más un amistoso por jugar contra lxs amigxs que un partido de competición era real, cabe decir que por un momento ninguna persona componente de Bruiserkers pareció acordarse que enfrente tenían a personas con las que comparten amistades preciosas. No nos vamos a engañar, al comienzo de la primera parte me sentía perdidísima. Era la única persona que nunca había jugado con ninguna de aquellas personas y tuve miedo de no encajar en su juego. Aquella sensación, sin embargo, duró poco. Para cuando comenzó la segunda parte, y tras una confianza absoluta puesta en mí tanto por parte de Rodolfo y Lyss como parte del staff como por parte de las personas jugadoras, había comenzado ya a dejar salir a esa Uxue que disfruta siendo portadora de balón en su tripleta o a la que comenzó a perder el miedo a placar a comienzos de esta temporada, tanto que a veces cae con la cabeza porque no se acuerda de ponerla en el lugar adecuado. Viernes 30 de mayo, 10 de la mañana, en el contador de Bruiserkers aparece recogida nuestra primera victoria .

 

31 de mayo. Nos toca volver a madrugar , los horarios de autobuses han cambiado por ser sábado y aquí a una servidora le toca subir andando por haber calculado de forma regular el tiempo.

 

Menos mal que en ese país es de día prácticamente todo el día en esta época del año y que la subida fue por un lugar que no se sabía si era Oslo o la etapa del camino de santiago noruego realizado por personas vestidas de rugby de todas las partes de europa. A las 9:00 de la mañana volvimos al ruedo y esta vez sí, viendo la conexión del día anterior, había expectativas y objetivos que cumplir. Al contrario del día anterior, el equipo de Munich de Flying Nuns nos metió en un primer tiempo en el que tuvimos que defender más que atacar, nos ensayaron primero y no nos pusieron nada fácil lograr el objetivo; pero un primer ensayo a mitad de la primera parte, nos hizo remontar el juego. Para las 10 de la mañana de ese día, la clasificación nos marcaba dos victorias para Bruiserkers. El segundo partido del día fue contra el equipo francés Le Simons. Ay! Temidas francesas...ellas que se creían invencibles, tuvieron que hacer frente a un equipo que, pese al cansancio físico que empezaba a asomar, le plantó cara haciendo lo que Joel nos había pedido al comenzar, disfrutando y divirtiéndonos con nuestro juego. Fue nuestro primer partido perdido.  Tras ello tocaba reponer fuerzas para el último del día. Estábamos cansadas y los músculos empezaban a doler, pero nada pudo con nosotras  y tras la victoria contra las irlandesas de la cual, poco recuerdo pero nada tiene que ver con el golpe en la cabeza que me llevé de regalo, este equipo llegaba a meterse en la final

 

Domingo 1 de junio,14:00 de la tarde. La árbitro pitaba el inicio del partido. Había dejado de llover por un momento y el terreno no parecía demasiado blando. Les Simons y Bruiserkers jugábamos por ver quién se llevaba el primer puesto de la competición FLINTA. No fue un partido fácil. Tuvimos que defender casi el 80% del tiempo y durante el 20% que tuvimos la posesión del balón, no supimos aprovecharlo. Creamos un par de ocasiones de ensayo, sin éxito. Y aunque las melés sin empujar se sienten como una oportunidad de parar para respirar, las francesas nos ganaron en velocidad y puede que también ganaran ante la sobrecarga muscular y alguna otra mental que nos fueron generando los días previos.  Sin embargo, todas las personas allí presentes sabíamos que, habiendo llegado a esa final y habiendo creado una conexión tan sana como para sentirnos en un lugar tan seguro como a los que llamamos hogar, ya habíamos ganado.

 

En ocasiones en las que el dia pesa, los recuerdos de los momentos que nos hicieron felices nos ayudan a sostener la nostalgia. Hoy, una semana después, miro las fotos de quienes dejaron inmortalizados alguno de los momentos del fin de semana aquel. Me cuesta creer que toda aquella locura haya sido real. Tengo la misma resaca emocional que me dejaba el tener que volverme del pueblo al finalizar el verano.  Hoy, agradezco a Bruiserkers, porque fui como única jugadora femenina de Titanes pero no dejaron que me sintiera nunca sola; porque sin conocerme de nada me valoraron y me creyeron con el nivel suficiente como para defender la camiseta morada como si de la de Titanes se tratara desde el inicio del primer partido. Porque me han dejado ese recuerdo al cual, dejar acudir a mi memoria cuando necesite volver a sentirme arropada por el rugby y su magia.

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